Mary Sandoval*
Desde que tengo uso de razón, Manuel Andrés López Obrador siempre fue un férreo crítico de los gobiernos en turno: Que si son corruptos, ineptos, que si son esto o aquello, en fin. Y ahora que ya tiene el poder, ¿Consideran que es lo mismo o hay un cambio?
Sin duda, López Obrador se lleva de corbata a sus antecesores, tanto en corrupción como en la baja de la economía, pérdida de empleos, dramático aumento de la violencia. Entre muchas de las locuras de López, fue el famoso “juicio” a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. A quienes, ni siquiera fue capaz de llamarlos por su propio nombre.
López Obrador prometió en campaña que se enjuiciaría a los exmandatarios de lo que él llamaba jocosamente La Mafia del Poder. Ya sentado en la silla palaciega, se lavó las manos y dijo que esa decisión la tomaría el pueblo bueno y sabio (en el buen francés como dice Don Ángel Verdugo, el pueblo
pen… que uso a mi antojo) a través de una “consulta popular”.
La famosa consulta
Fue a todas luces inconstitucional (fracción VIII art. 35 de la Constitución, se menciona la consulta popular) porque en primer lugar, se viola el derecho de presunción de inocencia de los expresidentes; en segundo lugar, porque muchos de los delitos de los que les acusan, si es que existen, ya prescribieron; y en tercer lugar, porque simplemente es un capricho de López por sentirse el salvador de los mexicanos, y creerse que él es una blanca paloma.
En un principio, López Obrador formuló la pregunta que dice así: ¿Esta de acuerdo o no, con que las autoridades competentes investiguen, y en su caso sancionen la comisión de delito de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, antes, durante y después de sus gestiones?
Después un análisis que realizó la SCJN, la pregunta quedó, como dijo un medio internacional, cantinflesca:
¿Esta de acuerdo o no en qué se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminados a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
El remedo de presidente quería que esta consulta se realizara en las pasadas elecciones del 6
de junio pasado, pero, por decisión del Poder Legislativo, ésta se realizó el pasado domingo 1 de
agosto.
De acuerdo a información publicada en El Financiero, de fecha 30 de julio pasado, éstos fueron los principales detalles la consulta:
- La organización estará a cargo del INE.
- Costará 522 mdp
- Las mesas abrirán a las 8:00 y cerrarán a las 18:00
- Serán las 285 mil 575 funcionarios
- Se instalarán 57 mil 92 casillas
Las entidades con más casillas fueron:
1)Estado de México con 7 mil 707 mesas
2)Ciudad de México con 4810 mesas
3)Veracruz con 3 mil 659
4)Puebla con 2 mil 941
5)Guanajuato con 2 mil 804
Para que tuviera validez esta consulta, debían participar por lo menos el 40% de la lista nominal de electores, es decir: si son 94 millones de mexicanos, tendrían que votar cerca de los 38 millones, aproximadamente. Obviamente, resultó un fiasco y un fracaso la cacareada encuesta presidencial.
MALO dijo en su función de circo mañanero del 28 de junio
Que no votaría en la consulta popular, sin embargo, pidió que el pueblo sí participara porque lo considera un ejercicio muy importante, tanto legal como moral, para juzgar a los expresidentes, pero…
¡Se necesita ser cínico para hablar de moral!, cuando miembros de su clan y de su gabinete han estado inmerso en duros señalamientos de corrupción.
Y llegó el día de la consulta
Se instalaron las mesas o casillas para la votación. En la edición del diario Reforma del 1 de agosto, titulada: Si ni Obrador voto, recrean una historia de cómo estuvieron las votaciones ese domingo. Aquí un fragmento:
-Si ni el que empezó todo fuera a votar, se quejó una escrutadora en el kinder Yolanda Benítez, en la colonia Doctores.
-¿Obrador no fue a votar?, preguntó el presidente de la casilla Gerardo Altamirano, abogado de 60 años, un hombre bajito de cubrebocas blanco.
-Anda en Nayarit, le explicaron, mientras sobre la calle Doctor Jiménez una cabeza de muñeca de peluche con un letrero invitaba a votar adentro: INE Casilla Consulta Popular.
Los resultados: Se comienzan a echar culpas
Ante el inminente fracaso de esta consulta, las huestes de López Obrador y Morena, como Poncio Pilatos, empezaron a repartir culpas. Comenzaron por señalar al Instituto Nacional Electoral (INE) del posible fracaso de la votación.
De acuerdo a los resultados del INE, la consulta popular quedó así:
Actas computadas: 57, 077 (100%)
- Los que votaron por el SI: 6,511, 385 votos, el 97.7214%
- Los que votaron por el NO: 102,945 votos, el 1.5449%
- Los votos nulos: 48,878 votos, el 0.7335%
- Gran total (votos totales): 6,663, 208 el 100%
Participación ciudadana
- Lista nominal de electores: 93,671, 697 mexicanos, son el 100%
- Votaron en la consulta: 6,663, 208 mexicanos, son el 7.1133%
- No votaron (éste dato no se menciona en el portal del INE): 87,008,489 mexicanos, son el 92.8867%
¡Solo participó el 7% de la lista nominal de electores!
Pese a los datos duros, para López, hubo democracia y se hará la voluntad del pueblo bueno y sabio, que es lo mismo que no va a pasar absolutamente nada.
Fue por demás obvio que los ciudadanos mostraron nulo interés por acudir a votar, y no fue por la falta de difusión, sino porque los yerros, la soberbia, la falta de capacidad para gobernar, el desdén por ver y escuchar a la sociedad (y no sólo a su cercano grupúsculo) han acentuado el descrédito y hartazgo de la figura presidencial.
Conclusiones
Siempre he dicho que López Obrador usa a las instituciones como arma de venganza política, para desacreditar a sus adversarios reales o imaginarios. En esta “consulta popular” vimos cómo López intentó, pero falló, usar al Instituto Nacional Electoral (INE) para desacreditarlo, al tiempo que reiteró su mensaje de todas las mañaneras: Yo decido el camino que tomará el país, yo decido cómo serán las cosas.
En estos casi tres años de gobierno, AMLO se ha apoyado en la paralipsis, un recurso retórico que permite hablar de una idea dando la impresión de que se está pasando por alto, relegando o negando la misma.
En este caso, el presidente dijo repetidamente que estaba en contra de someter a juicio a los expresidentes pero, al unísono, no dejó de hablar de ello y responsabilizó a lo que él llama “el pueblo” de la decisión final.
La realidad es que se intentó utilizar a los electores en un juicio que no era un juicio y en una consulta que tampoco lo fue; sólo fue un acto desesperado del gobierno de López Obrador para, en nombre de una falaz justicia, ganar votos para las elecciones del 2022, 2023 y 2024. Pero que se cuide AMLO porque quizá el desdén que la ciudadanía ya le dio a él y a su partido el pasado 6 de junio y el de este primero de agosto, sean el preludio de lo que podría pasar en la revocación de mandato, en marzo del 2022. ¡Y cerca, ya estamos!
*Articulista invitada: Egresada de la licenciatura en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Una de mis pasiones es el periodismo de opinión/La Centinela Política/