marzo 28, 2024

Estrenando zapatos y la construcción de un mundo multipolar

Estrenando zapatos y la construcción de un mundo multipolar

MSIA Informa

El alineamiento brasileño tendrá otras consecuencias regionales, de entrada, rompe la unidad continental tácita ocurrida con relación a las sanciones contra Rusia, o enviar armas a Ucrania, que fueron rechazadas por la mayoría de los países iberoamericanos, la misma resistencia aconteció frente a la insistencia de Washington de llevar la voz de Zelensky a Iberoamérica para ser escuchada en alguno de los foros presidenciales. Al chasco diplomático para reunir a los jefes de Estado en la Novena Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, de remate, el presidente Biden no logró convencer a sus homólogos de  una fuerte condena a Rusia, como pretendía el Departamento de Estado. Del mismo modo, la última cumbre del Mercosur celebrada en 2022 en Asunción rechazó la solicitud de Zelensky para dirigirse a la reunión.

A cambio, uno de los temas más importantes del encuentro, aunque sin constar en la agenda oficial, fue la iniciativa de la diplomacia brasileña de fortalecer las relaciones comerciales con la Unión Económica Euroasiática. El único evento que el presidente ucraniano pudo protagonizar fue una videoconferencia con estudiantes chilenos, organizada por el presidente Gabriel Boric.

Así, en un momento en que el conflicto en Ucrania abre un episodio decisivo en la reconfiguración del actual orden de poder mundial, la posición subordinada de Brasil, también refuerza las presiones de los grupos de poder liberales nacionales para que el país dé la espalda a la multipolaridad emergente encabezada por el desarrollo del eje euroasiático.

El apremio es que el país abandone o debilite su posición en los BRICS y tome una posición comprometida en el “Occidente colectivo” que abastece e infla a Ucrania como ariete contra Rusia. Esta posición se hizo explícita en la columna del periodista William Waack en el influyente periódico O Estado de São Pulo del 22 de febrero, en la que afirma que “el viejo orden internacional ha terminado, poniendo a Brasil ante opciones complejas”. Según él:

La guerra en Ucrania no es un episodio aislado, ante el cual nos callaremos, en el que aprovecharemos las oportunidades, sin tratar de ofender a nadie y que pasaremos como un buen amigo que repite tópicos inútiles sobre la “paz” y se ofrece para negociar entre beligerantes, el camino andado por Lula hasta ahora. Son fuerzas históricas de inmensa amplitud de acción, y que llevan a países como Brasil (potencia media de influencia regional) no precisamente a elegir un “bando”. Pero, eso sí, optar por un “mundo”. (…) La lección fundamental es que las sociedades abiertas en segundo plano cambian más rápido, se adaptan mejor (Alemania ha abandonado el pacifismo) y se desempeñan mejor en la relación entre el poder civil y las operaciones militares. Esto se explica por los valores en torno a los cuales estas sociedades se han desarrollado y prosperado. Brasil es parte del mundo occidental.

Anteriormente, en otro artículo publicado en diciembre en el mismo periódico (18/12/2022), el excanciller Celso Lafer señaló la posición del futuro gobierno en la misma dirección de alineación incondicional con la orientación de Estados Unidos y de la Unión Europea, a cambio del apoyo recibido por Lula en el proceso electoral:

(…) En este asunto es de esperarse una mayor armonía brasileña con la visión de EE.UU. y de los países europeos. Por supuesto, vale la pena reconocer las diferencias derivadas de la especificidad de la inserción internacional del Brasil y al mismo tiempo afirmar la importancia del Atlántico Sur como área de paz y seguridad y de no proliferación nuclear. También es importante tener en cuenta la reciprocidad difusa de afinidades.

Entre ellas, el énfasis que se comparte en los planes ambientales y en el reconocimiento de que fueron los estadounidenses y los europeos quienes se destacaron a nivel internacional en la defensa de la legitimidad del proceso electoral y el respeto del estado de derecho que salvaguardó el triunfo electoral de Lula. (énfasis nuestro).

Estos grupos nacionales, se resisten a aceptar el protagonismo independiente -propio del ethos iberoamericano- en la construcción de un mundo multipolar, para estos voceros, únicamente es aceptable ser un grupo de privilegiados del “nuevo atlantismo”; tramado al término de la Guerra fría por la alianza de poder Anglo-Americano para maniatar a Iberoamérica a las potencias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Al mismo tiempo, ahora tenemos en la dirigencia de grandes naciones del subcontinente, otros nuevos atlanticistas vestidos con la ropa de la izquierda identitaria y globalista. Junto con Brasil, los gobiernos de Gabriel Boric en Chile y de Gustavo Petro en Colombia, los nuevos “consentidos” del Departamento de Estado y del Comando Sur de Estados Unidos.

Foto: Pixabay

About The Author

Maestra en Periodismo y Comunicación; directora de noticias, editora, jefa de información, articulista, reportera-investigadora, conductora y RP. Copywriter de dos libros sobre situación política, económica y narcotráfico de México; uno más artesanal de Literatura. Diversos reconocimientos, entre ellos la Medalla de plata por 50 Aniversario de Radio UNAM y Premio Nacional de Periodismo, categoría Reportaje.

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