Javier Esteinou Madrid*
COMUNICACIÓN POLÍTICA Y ELECCIONES
Con el fin de ejercer el voto en los comicios de 2024 los ciudadanos tendrán que informarse sobre la existencia de los distintos candidatos a los cargos de representación popular y sus respectivos ofrecimientos partidistas para cada función política. Para ello, los partidos políticos y sus contendientes tendrán acceso a 3,726 estaciones de radio y canales de televisión que integrarán el catálogo oficial de medios, de los cuales, 2,304 serán estaciones de radio y 1,422 corresponderán a estaciones de televisión. Mediante esto, los partidos podrán difundir del 20 de noviembre de 2023 al 29 de mayo de 2024 un total de 57,317,058 promocionales pautados con el fin de dar a conocer a sus postulantes y la respectiva dinámica del Proceso Electoral Federal.
Dentro de este escenario de renovación de poderes nacionales y regionales los medios de comunicación públicos y privados deben cumplir con la obligación constitucional de colaborar a difundir la comunicación política necesaria de los candidatos, los partidos y de los órganos electorales para que se puedan realizar adecuadamente los comicios. Sin embargo, además de la propagación de la información electoral oficial, también dichas instituciones simultáneamente efectuaron otras funciones de comunicación paralela no reglamentarias que pueden contribuir a fortalecer la marcha electoral o a obstaculizarla.
De aquí, la enorme importancia de examinar rigurosamente cuál es la función que desempeñaron los medios públicos de comunicación de Estado dentro del proceso federal electoral de 2024 en la República mexicana para conocer si contribuyeron a vigorizar el curso democrático o lo debilitaron.
LA MISIÓN DE LA COMUNICACIÓN DE SERVICIO PÚBLICO
Frente a dicho panrama es necesario considerar que al comienzo del nuevo régimen de la Cuarta Transformación histórica el gobierno anunció que se realizaría un profundo cambio en el modelo de medios de comunicación de Estado de servicio público para evitar que estos continuaran operando como canales oficialistas del “viejo sistema” de poder en turno.
Para ello, las autoridades establecieron diversas bases fundacionales de operación normativa que debían cumplir como fueron ejercer la independencia, objetividad, neutralidad, equidad, pluralidad, equilibrio, ética, legalidad, transparencia, etc. que debían caracterizar el desempeño del prototipo de la información de servicio público en México.
Tales principios fueron el marco de operación institucional que quedaron obligados a seguir rigurosamente todos los medios de comunicación de Estado en la República Mexicana. Con tales lineamientos y otras delimitaciones jurídicas quedó conformado el contexto de acción de la comunicación de servicio público en el sistema de gobernabilidad de la “Nueva Esperanza del Cambio”.
MECÁNICAS DE OPERACIÓN DE LOS CANALES DE ESTADO
Retomando las directrices normativas establecidas para los medios públicos, sus políticas de información dentro del nuevo régimen operaron diferenciadamente bajo dos grandes mecánicas básicas de difusión colectiva para notificar constantemente a la sociedad, las cuales se mezclaron dinámicamente según eran las necesidades coyunturales de cada momento político. Las principales etapas fueron las dos siguientes: la fase de diferenciación frente a los medios comerciales y la fase de intervención ideológica para la gobernabilidad.
Diferenciación frente a la comunicación comercial
En un primer momento, en la etapa de diferenciación frente a los medios comerciales, los canales de Estado se caracterizaron por emplear la estrategia de transmitir con buena calidad, originalidad y empeño múltiples flujos de mensajes muy valiosos de carácter educativo, cultural, informativo, de entretenimiento y de opinión.
Tal programación se concretizó a través de la realización de destacadas mesas de opinión, segmentos tele educativos pertinentes, películas novedosas, cápsulas sobre el discurso oficial, musicales exitosos, capítulos culturales, noticiarios sistemáticos, mini series atractivas, caricaturas divertidas, conciertos del momento, programas para jóvenes, documentales históricos, revistas hogareñas sui generis, divulgación científica interesante, comedias simpáticas, orientación relevante para la tercera edad, clases de idiomas, reportajes con especialistas, transmisiones deportivas, piezas de debate oportuno, música de barrio, historias de vida, orientación sexual pertinente, cine de arte, fiestas cívicas tradicionales, rescate de memoria local, etcétera. que intentaron desempeñarse como destacados espacios informativos diferentes a los del modelo de difusión mercantil.
De esta forma, se puede decir que en dicho nivel los medios públicos cumplieron decorosamente con la aportación a la sociedad mexicana de una alternativa de comunicación diferente a la oferta informativa de los medios comerciales privados.
Intervención ideológica para la gobernabilidad.
Sin embargo, en un segundo momento, durante la etapa de gobernabilidad ideológica, especialmente en los periodos electorales, los medios de Estado más relevantes se distinguieron por ejercer una función de legitimación de las coordenadas políticas coyunturales del sistema de conducción nacional. Pese al establecimiento de las importantes normatividades fundamentales sobre la comunicación de servicio público, los canales públicos no pudieron mantener su autonomía y neutralidad, sucumbiendo ante las presiones de las fuerzas del poder político establecido, con el fin de contribuir a la reproducción ideológica del régimen reinante.
De este modo, no obstante el marco reglamentario establecido sobre la comunicación pública, en los tiempos políticos álgidos del sexenio los canales de difusión de Estado abandonaron rápidamente su misión de servicio público y se convirtieron en aparatos ideológicos de legalización del proyecto lopezobradorista.
Consecuentemente, en tales períodos cruciales para definir la orientación medular de la política nacional, los canales públicos abandonaron su raquítica función de comunicación de servicio público y se transmutaron intensa e ilegalmente en una sola voz propagandista del oficialismo que los convirtió en mecanismos publicitarios del régimen, hasta llegar a funcionar como los nuevos soldados mediáticos de la Cuarta Transformación.
Así, bajo el argumento de ejercer la “libertad editorial”, se transgredieron las regulaciones establecidas y se implementó en los canales públicos una práctica persuasiva para cobijar las políticas de gobernanza del sistema político morenista, a través de noticiarios, entrevistas selectivas, transmisiones remotas, programas especiales, cápsulas políticas, “revistas culturales”, publicidad institucional, crónicas a modo, insertos informativos coyunturales, parodias políticas, producciones audiovisuales excepcionales, reportajes gubernamentales especiales, etcétera.
Dichos métodos de comunicación justificadora se estructuraron bajo las siguientes cuatro tácticas diferenciadas de persuasión colectiva para intentar construir la nueva hegemonía morenista en el país: elaboración de directrices noticiosas a modo, creación de series o programas propagandistas sectarios, la aplicación de “linchamientos informativos” selectos y el beneficiamiento electoral del oficialismo.
En este amplio escenario de estrategias proselitistas destacaron diversas maniobras informativas como fueron la defensa narrativa de las políticas de la 4-T, la creación de un noticiario oficialista, la manipulación de la “Hora Nacional”, la difusión de propaganda partidista, la propagación de series o programas ideologizantes, el debilitamiento o anulación informativa de las protestas ciudadanas, entre otros, para apoyar al proyecto de gobernanza de la Cuarta Transformación del país.
Favorecimiento mediático-electoral del oficialismo morenista
Empero, dentro del desempeño de la labor propagandista ejercida por los medios de comunicación públicos, la acción proselitista más contundente que ejercieron para apoyar al proyecto de la “Revolución de las Concencias”, se manifestó a través del manejo informativo a favor de la alianza electoral gobiernista. De esta forma, la principal evidencia del uso unilateral de éstos por parte del régimen se comprobó mediante el riguroso monitoreo electoral realizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) durante el periodo de precampañas para la presidencia de la República instrumentada del 20 de noviembre de 2023 al 18 de enero de 2024. Dicho análisis sobre noticieros, espectáculos, revistas, debates, opinión y análisis político reveló que las directrices informativas de los principales medios de comunicación de Estado de servicio público impulsaron prioritariamente la figura de la candidata Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia de la Reública y les dieron espacios de visibilidad muy secundarios a los otros contrincantes de la oposición.
Por ejemplo, en cuanto al tiempo de cobertura destinado por los medios públicos a los diversos candidatos durante este período fue el siguiente: Claudia Sheinbaum Pardo ocupó el 54%; Xóchitl Gálvez Ruiz el 42%; Samuel García Sepúlveda el 4%; y Jorge Álvarez Maynez el 1% (Lozano, 2024).
Dentro de tal escenario mediático los contenidos de algunos programas informativos y de polémica política como “Debate Púbico” (SPREM), “Once Noticias” (Canal 11) y “Noticias Primera Emisión” (IMER), se centraron en el apoyo narrativo a la candidata oficial del régimen reinante destinándole menos atención mediática a los candidatos de la oposición. Así, el informativo “Debate Público” le destinó desproporcionadamente a Claudia Sheinbaum Pardo 4:13:52 hrs; a Xóchitl Gálvez 1:41:21 hrs; a Samuel García 0:01:54 hrs; y a Jorge Álvarez Maynes 0:00:00 hrs. El informativo “Once Noticias” le otorgó a Claudia Sheinbaum Pardo 5:06:40 hrs; a Xóchitl Gálvez 4:16:01 hrs; a Samuel García 0:22:15 hrs; y a Jorge Álvarez Maynes 0:03:29 hrs. Y el noticiario “Noticias Primera Edición” le dedicó a Claudia Sheinbaum Pardo 4:06:59 hrs; a Xóchitl Gálvez 3:19:12 hrs; a Samuel García 0:11:03; y a Jorge Álvarez Maynes 0:04:55 hrs (Lozano, 2024).
De igual forma, en cuanto a la difusión de notas positivas y negativas, se observó que los medios públicos también crearon una imagen mayoritariamente positiva de la postulante gobiernista y menos favorable hacia los otros aspirantes rivales, especialmente de la coalición “Fuerza y Corazón por México” (FCM). Claudia Sheinbaum Pardo obtuvo desigualmente 36 referencias favorables y 4 negativas; Xóchitl Gálvez Ruiz el 3 alusiones positivas y 33 negativas; Samuel García Sepúlveda 5 referencias positivas y 2 negativas: y Jorge Álvarez Máynez 0 positivas y 0 negativas (Monitoreo de programas de radio y televisión, UANL e INE, 2024).
En el mismo sentido, durante la construcción de la imagen positiva de la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” perteneciente al régimen dominante, ciertos espacios del noticiario “Once Noticias” del Canal 11 fueron los instrumentos que más colaboraron a consolidarla. Así, por ejemplo, algunas de las expresiones maniqueas utilizadas para edificar este marco político-semántico polarizante fueron las siguientes: Por un lado, en contra de Xóchitl Gálvez Ruiz se difundió “¡Las cosas van mal para la oposición y para su candidata Xóchitl Gálvez, que cada día se aleja más de las preferencias del electorado!”, o “¡Las cosas pintan mal para la oposición rumbo al 2024!”. Por otro lado, a favor de Claudia Sheinbaum Pardo se expresó “¡Si las elecciones fueran en estas fechas, Claudia Sheinbaum se convertiría en presidenta de la República con un amplio margen sobre Xóchitl Gálvez!”; o “¡Morena está arrasando en las preferencias electorales!” (Lozano, 2024). Finalmente, por otro lado, sobre Jorge Álvarez Maynes se afirmó “¡En último lugar está Jorge Álvarez Máynez, con apenas 2%!” o “¡Es un ilustre desconocido. Hasta ahora no está teniendo eventos públicos, pero sí propone más debates!” (Noveno Informe Ejecutivo, INE y UANL, 2024).
De esta forma, con tal estrategia político-publicitaria en estos informativos Claudia Sheinbaum Pardo obtuvo 27 referencias favorables y 3 negativas; Xóchitl Gálvez Ruiz 30 alusiones negativas y 0 positivas; Samuel García Sepúlveda 2 referencias negativas y 2 favorables; y Jorge Álvarez Máynez 0 positivas y 0 negativas (Lozano, 2024).
El sistema mediático privado si respetó las reglas
De manera opuesta, fue sorpresivo que durante la misma fase de precampañas en 2023-2024 el sistema de medios privados si respetó las reglas electorales establecidas y ejerció una tarea de difusión y valoración equilibrada entre todos los postulantes que contendieron por la presidencia de la República. Así, en cuanto al tiempo destinado a cada precandidatura, tanto Televisa como Grupo Imagen destinaron entre 44% y 48% respectivamente a las dos aspirantes punteras en las encuestas, Sheinbaum y Gálvez. Mientras que a los dos aspirantes masculinos restantes de Movimiento Ciudadano les dejaron el restante 8% del tiempo (Lozano, 2024).
En contraste, TV Azteca repartió el tiempo en tercios más o menos similares, con una mayor cobertura de 34% para Samuel García, quien dejó la precandidatura a principios de diciembre. Mientras que Claudia Sheinbaum quedó con el segundo mayor tiempo en los espacios informativos de Azteca, con 30.8%, y Xóchitl Gálvez en tercer lugar con 25.9%, permaneciendo al final Álvarez Maynez, con un 9% del tiempo (Lozano, 2024).
De igual forma, la producción de las valoraciones sobre las precandidaturas ejercidas por Grupo Imagen, Televisa y TV Azteca fue de menor porcentaje y más equilibrada, con una tendencia a destacar apreciaciones negativas para todos los contendientes (Lozano, 2024).
En este sentido, los consorcios audiovisuales privados de Grupo Imagen, Televisa y TV Azteca acataron el marco normativo y mantuvieron un comportamiento informativo más equitativo e imparcial hacia los diversos precandidatos a la presidencia de la República.
LOS NUEVOS “SOLDADOS MEDIÁTICOS” DE LA 4-T
El comportamiento sostenido por los medios de comunicación de Estado durante las precampañas electorales de 2023-2024 reflejó que estos no cumplieron con su vocación de servicio público, pues no fueron neutrales, independientes, e imparciales, sino al contrario, actuaron unilateral, inequitativa y subordinadamente para favorecer la figura Claudia Sheinbaum Pardo del bloque progobiernista, al otorgarle mayor espacio de difusión y más valoraciones positivas. En ese sentido, a través de la implementación de sus directrices informativas sesgadas, los medios de difusión públicos no respetaron las reglas electorales constitucionales medulares e ilegítimamente eligieron con anticipación a la coalición política “Sigamos Haciendo Historia” como sector preferente para la Presidencia de la República.
Sintetizando, en detrimento de la democracia nacional, los principales canales de Estado mexicano votaron ilegalmente a favor del triunfo electoral del proyecto de la Cuarta Transformación en las elecciones de 2024, renunciando a su naturaleza constitucional de ecuanimidad, autonomía y equidad como medios de comunicación de servicio público.
LOS MEDIOS PÚBLICOS COMO APARATOS IDEOLÓGICOS DE ESTADO
Dicho comportamiento mediático convirtió a los canales públicos en los nuevos “medios chayoteros” que actuaron como los fieles “soldados mediáticos” al servicio del proyecto de la regencia de la “Esperanza del Cambio”. Con ello, los medios de Estado dejaron de ser públicos, de todos los ciudadanos, de toda la sociedad, para informar plural e imparcialmente sobre los hechos que acontecían en el país; y se tornaron en apéndices ideológicos a modo para apadrinar al régimen de la “Renovación Nacional” y sus aliados políticos.
Con dichas acciones se transgredieron los preceptos medulares de la Constitución Política Mexicana, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, la Ley Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPREM), la Ley del Sistema Público de Radiodifusión de la Ciudad de México, los Criterios Para Asegurar la Independencia y Una Política Editorial Imparcial y Objetiva elaborados por cada Consejo, y los Códigos de Ética del Canal 11, Canal 14 y del SPREM, entre otros.
En una idea, el modelo de medios de comunicación de servicio público del régimen Somos Distintos, no superó la elemental prueba de fuego de la democracia mexicana, pues se desempeñó como un sistema aceitado de agujas hipodérmicas legitimadoras o como aparatos ideológicos de Estado para difundir coyunturalmente con el uso de recursos públicos la versión propagandista de la promesa morenista redentora del nuevo régimen de la izquierda nacionalista.
No actuaron como instituciones independientes, imparciales, libres, y abiertos para la discusión crítica y plural en el espacio público sobre los conflictos de la sociedad con el fin de buscar comunicativamente nuevas alternativas que contribuyeran a resolver los grandes conflictos de la problemática del país. Quedaron atrapados en la vieja tentación de encubrir el statu quo político a través de la diseminación del discurso maniqueo de los otros datos sobre la realidad de la nación.
A través de ello, el régimen morenista dilapidó años de trabajo a favor de la creación de un sistema de medios electrónicos auténticamente públicos en la República, sacrificando uno de los principios más importantes de la comunicación de servicio público que era conservar su independencia, mesura y objetividad editorial, ocasionando un retroceso histórico muy significativo para la democracia nacional (Bravo, 2022).
HACIA EL “SEGUNDO PISO” IDEOLÓGICO DE LA 4-T
Sintetizando, el prototipo de comunicación del gobierno lopezobradorista convirtió a los medios de comunicación públicos en los nuevos “soldados mediáticos” del régimen con el fin de colaborar a construir las bases ideológico-políticas que permitieran edificar el segundo piso ideológico de la estructura de poder de la Cuarta Transformación en México.