La famosa marca de cosméticos Revlon, se acogió al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, pues la crisis de la cadena de suministro global fue el punto de inflexión para una firma severamente endeudada, que buscó aprovechar el aumento de las ventas de cosméticos impulsado por influencers en las redes sociales.
El gigante de los cosméticos, solicitó protección judicial en el Distrito Sur de Nueva York. Según los documentos judiciales, los activos ascendían a 2 mil 300 millones a fines de abril y las deudas a 3 mil 700 millones.
Al acogerse al Capítulo 11
La firma propiedad de MacAndrews & Forbes, del multimillonario Ron Perelman, puede seguir operando mientras elabora un plan para pagar a sus acreedores.
Mediante un despacho de prensa, Revlon informó que ha conseguido 575 millones de dólares del llamado financiamiento de deudor en posesión de los prestamistas existentes, para financiarse durante la bancarrota.
Durante los últimos años, Revlon enfrentó un escenario adverso: Sufrió durante la pandemia y enfrentó años de caídas de las ventas tras los cambios en los gustos de las consumidoras, donde las marcas emergentes le quitaron importante participación de mercado.
La empresa, de 90 años de antigüedad, empezó vendiendo esmaltes de uñas en plena Gran Depresión y, posteriormente, agregó a su colección labiales combinados. En la década de los cincuenta (1955), la marca ya era internacional.
