mayo 24, 2025

África no debe ser escenario para una nueva confrontación Este-Oeste

África no debe ser escenario para una nueva confrontación Este-Oeste

¿África puede convertirse en un centro internacional de desarrollo y cooperación, en lugar de un teatro de conflicto y rivalidad estratégica y geopolítica? En gran medida, eso depende, guste o no, de las decisiones del gobierno Trump. En realidad, en su primer mandato ignoró el asunto o lo toleró como una carga.

Mario Lettieri y Paolo Raimondi, desde Roma*

Joe Biden hizo lo mismo, con excepción de su participación en la conferencia de la ONU sobre cambios climáticos en Egipto en 2022 (COP27). Solamente al final de su presidencia visitó Angola. La intención, sin embargo, no fue el desarrollo de África mediante una genuina cooperación, sino la apropiación de sus materias primas y la contención de la presencia de China en el continente.

El tema de la visita no dejo de ser importante, fue el Corredor de Lobito, la construcción de la ferrovía de 1700 kilómetros para el transporte de materias primas de la cuenca minera formada por Angola, parte del sur de la República Democrática del Congo y Zambia. Es conocida su riqueza en cobalto, cobre, columbita-tantalita (coltan) y muchos otros minerales estratégicos.

El proyecto es financiado por Estados Unidos con casi mil millones de dólares, con apoyo y participación financiera de la Unión Europea. El programa europeo Global Gateway prevé, por lo menos en el papel, inversiones por 150 mil millones de euros en África y el Corredor de Lobito es prioritario en la lista. Es también el principal proyecto del Plan Mattei, con una dotación de 300 millones de euros.

El proyecto, por desgracia, choca con la reestructuración de la ferrovía Zambia-Tanzania, financiada por China, con salida hacia el Océano Índico. Es claro que las materias primas extraídas de Zambia, especialmente el cobalto, se embarcarían hacia puertos chinos.

En vez de mantener el continente en una zona de conflicto, lo mejor será buscar una cooperación que beneficie a todos. En primer lugar, a las naciones africanas, que suelen ser tratadas como meras productores de materias primas, por ello sin ninguna poder. Sin la coordinación necesaria, estas vastas regiones de África podrían ser una verdadera zona de guerra de intervención, igual que lo han sido Angola y Mozambique en el pasado.

El gran juego de desinformación también ha repercutido en África

Ejemplo es la narrativa de la dependencia de la deuda de los países africanos con China, lo que los haría sirvientes y sujetos al chantaje de Pequín. Resaltemos que China es el tercer mayor socio comercial y el segundo mayor acreedor de Estados Unidos. ¿Aquí también existe una “influencia maligna”? No lo vemos así. Aunque el interés político estadounidense en el continente pueda parecer ´pequeño, en el período 2019-2023 los EUA tuvieron una participación del 16% en las ventas de armas en África, en comparación al 13% de China.

Foto: DanishMiki

La presencia industrial y comercial de China en África creció de forma mayúscula desde que la Iniciativa Franja y Ruta (ICR), la llamada Nueva Ruta de la Seda, se proyectó hacia los países africanos, abarcando la construcción de carreteras, ferrovías y otro tipo de infraestructura. Esto llevó a China a ser el mayor socio comercial de África, con un comercio que llegó a 282 mil millones en 2023, cuatro veces mayor al intercambio con EUA.

En las últimas dos décadas, China prestó 160 mil millones a los gobiernos africanos para proyectos que ahora representan 20% de la producción industrial del continente. Mientras tanto, la gran mayoría de deuda africana se debe a acreedores occidentales. Apenas siete de los 22 países problemáticos del continente deben más de una cuarta parte de su deuda pública a China.

Infelizmente, hay un silencio ensordecedor sobre el asunto, con excepción del papa Francisco. En ocasión de la apertura del Jubileo 2025, el Pontífice lanzó un llamado por una “significativa reducción, sino la condonación total, de la deuda internacional, que pesa sobre muchas naciones”. En ocasión del 58º Día Mundial de la Paz, afirmó también que “la deuda externa se convirtió en un instrumento de control, mediante el cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos no dudan en explotar de forma indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres, a fin de satisfacer las necesidades de sus propios mercados”. Los países de tradición cristiana, amplió, deberían dar el ejemplo.

Los datos sobre los préstamos resaltan que los países africanos, particularmente los de la África Subsahariana, son los más olvidados de todos.

Consideremos que en 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedió más préstamos a México… ¡que a todos los 55 países africanos juntos!

*MSIA Informa 

About The Author

Maestra en Periodismo y Comunicación; directora de noticias, editora, jefa de información, articulista, reportera-investigadora, conductora y RP. Copywriter de dos libros sobre situación política, económica y narcotráfico de México; uno más artesanal de Literatura. Diversos reconocimientos, entre ellos la Medalla de plata por 50 Aniversario de Radio UNAM y Premio Nacional de Periodismo, categoría Reportaje.

Related posts