El pasado 10 de abril, luego de varias semanas de conversaciones, concluyeron las negociaciones para la formación de una nueva coalición de gobierno para Alemania, entre la CDU/CSU (Unión Demócrata Cristiana) y el SPD (Partido Socialdemócrata).
Elisabeth Hellenbroich, desde Wiesbaden*
En las elecciones de febrero, la CDU/CSU obtuvo un poco más del 28 por ciento de los votos, en tanto que el SPD, no paso del 16 por ciento, mientras que Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó casi el 21 por ciento, y, más del 30 por ciento en algunos estados del Este.
Sin embargo, la CDU/CSU dejó claro que, con algunas excepciones en sus filas, no pretende entablar ningún diálogo constructivo con la AfD (un desprecio civilizado, por así decir), partido al que quieren marginar. La única buena noticia sobre el nuevo gobierno es que el Partido Verde, fanático de la reglamentación del programa de energía verde, y su insistencia moralista- feminista en las relaciones exteriores, no estará en el siguiente gobierno.
Un anuncio previo del futuro gobierno fue presentado en una entrevista con el ya casi canciller Friedrich Merz, concedida el 13 de abril a la periodista Caren Miosga, del canal ARD.
Interrogado sobre si todavía aceptaba enviar a Ucrania los sofisticados misiles del noticiado ataque reciente ruso a la ciudad ucraniana de Sumy, ratificó que esto es un crimen de guerra del presidente Vladimir Putin, y agregó: “Diré a todos los que ingenuamente esperan que Putin pueda poner fin a este conflicto… que Putin ¡es el peor criminal de guerra!”.
Fuera de sí amenazó con que si Putin no interrumpe su ofensiva militar, el gobierno alemán considerará entregar el misil Taurus a Ucrania. Es claro que siempre afirmé que eso se debe hacer en coordinación con nuestros socios europeos. Esos socios (Reino Unido y Francia) ya enviaron antes esas armas.
Un beligerante Merz aumento el volumen, sosteniendo que con la ayuda del Taurus, el ejército ucraniano podría asumir el “control de los acontecimientos,” hasta la destrucción de la “conexión terrestre entre Rusia y Crimea,” o sea el puente de Kerch, de 19 kilómetros de extensión.
En ese contexto, recuérdese el escándalo desatado por la revelación en marzo de 2024, cuando el espionaje ruso hizo pública una conversación “secreta” entre el comandante del servicio de la Fuerza Aérea Alemana y algunos de sus subordinados, en la que se analizaba modificar el “tabú” y permitir que Ucrania hiciese uso del Taurus, incluyendo el ataque al puente de Kerch.
Hasta ahora, Berlín se ha negado a enviar los misiles, un arma de precisión con alcance 500 kilómetros, capaz de llegar a Moscú, lo que haría que Alemania se convirtiese automáticamente en parte directa de la guerra, pues los ucranianos no podrían lanzar los ataques sin la asistencia directa alemana y estadounidense.
Que Alemania lo piense dos veces
El Kremlin reaccionó de inmediato a la entrevista, afirmando que, con tal compromiso, Alemania iniciaría “una nueva escalada,” es decir, se convertiría en blanco de los ataques rusos, mientras que el expresidente Dmitri Medvedev, conocido por sus declaraciones fuertes, dijo, en referencia a Merz: “Piense dos veces, nazi.”
La reunión de cancilleres de la Unión Europea (UE), en Luxemburgo, fue favorable. El holandés Caspar Veldkamp vio en la declaración de Merz una señal de importancia para Europa, y el agresivo polaco Radoslav Sikorski la calificó de “muy buena.” Para no quedarse atrás, Kaja Kallas, la rusófoba jefa de Relaciones Exteriores del bloque europeo, pontificó:
“Debemos hacer más para permitir que Ucrania se defienda y garantizar que los civiles no mueran en Sumy,”
Kallas, de Estonia lanzó un feroz ataque a los líderes europeos que por ventura participen en las conmemoraciones del 9 de mayo en Moscú para celebrar el 80 aniversario de la Gran guerra patria, que puso fin a la Segunda guerra mundial en Europa.
Dejamos bien claro que no queremos que ningún país candidato (a la UE) participe en las celebraciones que se realizarán en Moscú el 9 de mayo, dijo en referencia a los seis países de los Balcanes occidentales que buscan su adhesión a la UE.
Se trata de un ataque ultrajante que muestra la locura europea y el total desprecio de la historia de la guerra, en la que Rusia tuvo un papel fundamental en la liberación de Alemania y del resto de Europa del régimen nazi de Hitler, por lo que pagó un altísimo precio, casi 30 millones de muertos en el conflicto. Indignado, el Primer ministro eslovaco, Robert Fico, no sólo confirmó que pretende viajar a Moscú, sino que calificó la declaración de Kallas de irrespetuosa, y agregó: “Sra. Kallas, me gustaría informarle que soy el legítimo primer ministro de Eslovaquia, un país soberano. Nadie me puede dar órdenes sobre a dónde ir o no ir.”
El nuevo mundo multipolar emerge
Vale la pena analizar algunas observaciones hechas por el canciller ruso, Serguéi Lavrov, en el reciente Foro de la Diplomacia de Antalya (del 11 al 13 de abril), que congregó a líderes del mundo árabe, y del llamado Sur global y una pequeña representación de Estados Unidos y de Europa. Lo que dijo Lavrov debe ser entendido como una respuesta realista a la histeria colectiva proveniente de Occidente, en particular de Europa, un antiguo vasallo obediente de Estados Unidos, ahora en revuelta abierta contra la iniciativa de paz del presidente Donald Trump.
Lavrov afirmó que, de hecho, el mundo multipolar se está haciende más grande, en el cual cada vez más países quisieran tener una voz igual. Resaltó que esa es una oportunidad para que los principios de la Carta de las Naciones Unidas se materialice. Todos deben ser tratados con respeto.
Y en alusión directa al reciente mensaje del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, de que, “El mundo será multipolar y, en este contexto, Washington tendrá que defender sus intereses nacionales”, Lavrov, comentó que el nuevo gobierno estadounidense afirma básicamente que “la política exterior de Estados Unidos partirá de los intereses nacionales de Estados Unidos y ellos reconocen que los otros países también tienen intereses nacionales, es decir, materializan eso en proyectos mutuamente benéficos. Las grandes potencias no deben permitir que la situación degenere en conflictos encarnizados.”
Según Lavrov, la UE y la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa) no vieron eso, es decir, no consolidaron la seguridad ni la estabilidad. Practicaron, sencillamente la inestabilidad, Sea que se mire a Francia o al Reino Unido, se están haciendo esfuerzos para iniciar una nueva guerra, afirmó.
Lavrov agregó que el británico Keir Starmer y el francés Emmanuel Macron solo están interesados en la desestabilización: “Nunca han buscado una fuerza estabilizadora (referencia a la propuesta de una fuerza para el mantenimiento de la paz la lamentable Coalición de los Dispuestos” -E.H.). Trump parce entender mucho más que los líderes europeos, excepto los de Hungría y de Eslovaquia. Macron no ha sostenido ninguna conversación con Rusia y (el presidente ucraniano Volodymyr) Zelenski sigue diciendo que se necesitan unidades de combate contra Rusia. Keith Kellog, consejero de Trump para Ucrania, sugirió que se debe llegar a un acuerdo y garantizar la soberanía de Ucrania. Mi respuesta es:
¿Ustedes quieren fuerzas de mantenimiento de la paz y mantener el maldito régimen? ¿No pedir al régimen que cumpla con la Carta de las Naciones Unidas? ¿Ustedes ignoran las violaciones de los derechos humanos, como la abolición de la lengua rusa, etc., y discuten el envió de militares? Quieren usar eso para proteger al régimen nazi.
Sobre el gobierno de Trump
Lavrov dijo que “las relaciones que estamos viendo ahora, en cierta medida, tienen que ver tan sólo con el hecho de que los dos países estén conversando entre sí. El gobierno de Biden decidió que Rusia tenía que aprender una lección. Castigaron y aislaron a Rusia. Lo que Trump sugirió fue que la situación volviese a la normalidad y se dejase de tener una postura ideologizante. Es una vergüenza para Estados Unidos.
Analizamos la normalización de las relaciones… Queremos ver proyectos en los que podamos trabajar concretamente. Cuando nos reunimos en Riad, abordamos cuestiones regionales, como Ucrania y Medio Oriente, y hablamos sobre la eliminación de las causas profundas del conflicto. El presidente Trump fue el primero y el único, entre los líderes occidentales, que afirmó repetidas veces que fue un error arrastrar a Ucrania a la OTAN.
George Beebe y el nuevo orden de seguridad europea
A las observaciones de Lavrov se deben agregar las de George Beebe, exanalista del departamento ruso de la CIA y actual director de asuntos estratégicos del Instituto Quincy para el Estadismo Responsable. En una entrevista con el politólogo noruego Glenn Diesen, de la reciente observación de Rubio señalo que es una señal significativa de que el orden unipolar será sustituido por un orden mundial multipolar.
Tenemos que retornar nuevamente a un equilibrio de poder y entender el papel de la diplomacia. Tenemos que encontrar una manera de equilibrar poder e intereses. Y Estados Unidos necesita reaprender lo que antes entendía bien. La relación transatlántica tendrá que cambiar significativamente en ese gran equilibrio de potencias, en el que Europa tendrá que ser un polo: Queremos acabar con la primacía de Estados Unidos como el policía del mundo, concluyó Beebe.
Beebe afirmó que, como Rusia es una gran potencia, es necesaria la cooperación entre Rusia y Occidente: “No se pueden tener objetivos maximalistas y Estados Unidos no está en la posición de obligar a Rusia a la capitulación.” Resaltó que, desde el punto de vista de los intereses de Estados Unidos, “la cuestión de cómo amoldar una arquitectura de seguridad europea” es fundamental para encontrar una solución de la guerra de Ucrania.
De acuerdo con Beebe, es necesaria una comprensión mucho más amplia de ese orden de seguridad europea, en particular, en lo que dijo sobre cuestiones “medidas de control de armas.” Aunque los rusos quisiesen eso en principio, alertó que, de parte de Europa, “hay mucha reluctancia a envolverse en ello. Eso tiene que ver, en primer lugar, con la quiebra de la confianza.
Y, en segundo lugar, con la forma en cómo la UE fue establecida. No se trata tan sólo de “establecer reglas.” La noción de que Rusia pueda tener alguna influencia en eso es alarmante para Europa. Es decir, no hay un deseo real en Europa de encontrar algún compromiso con Rusia.”
Estados Unidos, por razones geopolíticas, entendió que necesita de una distensión con Rusia. La cuestión clave es: ¿Europa puede ser un polo independiente en un mundo multipolar? El gobierno de Trump sabe los que está tratando de alcanzar.
Para Beebe, el problema es que Europa ve a Rusia como el equivalente a la Alemania nazi, que intenta reconstruir su imperio. Comparó eso a un modelo en espiral sin fin. Por ello, la única receta para lidiar con los problemas es la diplomacia. “Europa necesita reconocer que tendrá que involucrarse diplomáticamente con Rusia… Y espero que podamos traer a Europa al tablero estadounidense”.