junio 13, 2025

La “desglobalización” y la aparición de un mundo multipolar fuera del dólar

La “desglobalización” y la aparición de un mundo multipolar fuera del dólar

Lorenzo Carrasco*

El empeño de mantener a Rusia fuera de Europa, como pretendió el eje angloamericano a lo largo del siglo XX, no ha tenido el efecto de aislar a Rusia, como sucediera en la Guerra fría, debido a que la mayoría de las naciones ya no acepta las directrices del mundo financiero occidental, ni su lógica punitiva característica del moribundo mundo colonial.

Las radicales sanciones económicas y financieras impuestas a Rusia, que congelaron el equivalente a cerca de 300 mil millones de dólares de sus reservas depositadas en bancos occidentales, desacreditaron definitivamente la autoridad de los principales bancos centrales de Occidente, que, por otra parte, no consiguen dominar la creciente inflación ni las nuevas amenazas de desplome de los mercados financieros, como sucede en el mercado de criptomonedas.

Todo ese cuadro de desajuste financiero mundial

Aceleró durante 2022 la inevitable “desglobalización” de la economía mundial, puesto de manifiesto durante la pandemia de covid-19 por la fragilidad de las líneas de abastecimiento de insumos médicos y farmacéuticos en condiciones de emergencia. Las sanciones contra Rusia, igualmente, desorganizaron las fuentes de abastecimiento de petróleo, gas y alimentos, además de otros productos esenciales.

Todo esto está llevando a la reorganización geopolítica de las relaciones comerciales mundiales. Ahora las cadenas de producción están pasando del outsourcing y del offshoring de la globalización y del libre comercio, con la transferencia ingente de unidades de producción a países de mano de obra barata, al nearshore y al friendshore, relocalización en países cercanos y amigos, respectivamente, más compatible con un sistema más proteccionista de supervivencia.

En resumen, el mortinato Gran reinicio (Great Reset) del Foro Económico Mundial, celebrado anualmente en Davos terminó siendo la primera víctima de la guerra de Ucrania.

Y, al mismo tiempo que Occidente siente la inevitable declinación de sus pretensiones hegemónicas, entre ellas las financieras y económicas, se fortalece el Triángulo estratégico Rusia-China-India, por medio de un conjunto de acuerdos económicos en los campos de la infraestructura física y de las finanzas regionales.

En este contexto, ganan una relevancia crucial la Organización para la Cooperación de Shanghái, La Unión Económica Euroasiática y el grupo BRICS, con una lista de naciones que hacen fila para unirse a él.

Lo cierto es que el eje euroasiático congrega a casi dos tercios de la población y la mitad del PIB del mundo, lo que hace viable el uso de sus propias monedas nacionales en el comercio regional, con énfasis en el yuan chino, el rublo ruso y la rupia india, en abierta disidencia del fofo sistema dolarcéntrico.

Y el campo de disputa no se reduce a Asia, sino a numerosas naciones de África y Medio Oriente, que se están distanciando de las desprestigiadas potencias coloniales europeas, atraídas a ese mundo multipolar.

Lo que le queda a las pretensiones hegemónicas euroatlánticas

Es el Hemisferio occidental, al que intentan encuadrar en un “nuevo atlanticismo,” versión de la vetusta Doctrina Monroe que Washington; la cual se impone con la ayuda de regímenes de izquierda que abandonaron sus antiguas demandas antiimperialistas y el combate de la iniquidad para adoptar la cultura woke.

Asociada ésta a los dogmas identitarios que barajan el feminismo, el activismo LGTB y la “cancelación” de la cultura y de los valores tradicionales más arraigados en Iberoamérica, gracias a nuestra herencia cristiana.

*Presidente del MSIA 

Foto: Pixabay

About The Author

Maestra en Periodismo y Comunicación; directora de noticias, editora, jefa de información, articulista, reportera-investigadora, conductora y RP. Copywriter de dos libros sobre situación política, económica y narcotráfico de México; uno más artesanal de Literatura. Diversos reconocimientos, entre ellos la Medalla de plata por 50 Aniversario de Radio UNAM y Premio Nacional de Periodismo, categoría Reportaje.

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