septiembre 10, 2024

¿La presidenta, con “A”?

¿La presidenta, con “A”?

Durante mucho tiempo, se dijo que las mujeres deberíamos de estar en casa al cuidado de la familia; no se nos permitía realizar actividades propias de los hombres (como socialmente se justificaba la exclusión del género femenino en la vida pública del país).

Mary Sandoval*
Al cabo del tiempo, esta falaz idea se fue desterrando y en la actualidad, todo ya es diferente, aunque en algunos países, siguen reacios a permitir que las mujeres realicen alguna actividad, exclusiva de hombres. En política, la lucha histórica en México ha sido durante décadas, donde la mujer tuvo qué pugnar por su derecho al voto y a ocupar cargos de elección popular. Sin embargo, en algunas entidades, como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, las féminas siguen siendo relegadas de la vida social y pública. La lucha por la reivindicación de nuestros derechos, sigue y seguirá.
La mujer en la política
“La política ha sido, desde la antigüedad, una esfera de la vida pública reservada
para los hombres. Esto ha implicado que los cargos públicos fueran ocupados por varones, y que la política se leyera y comprendiera en códigos y pautas masculinas, marginando a las mujeres tanto en las deliberaciones como en el proceso de toma de decisiones sobre los asuntos de interés para la colectividad (Peschard, 2004, p. 173, Centro de Estudios para las mujeres y la Equidad de género. Cámara de Diputados, LX Legislatura).

Con el paso del tiempo, las cosas han cambiado, permitiendo que las mujeres
participen en la política. Comencemos diciendo que en el siglo XVIII, ya hubo
indicios de la lucha por los derechos políticos de las mujeres.

En el documento publicado por el Centro de Estudios para las Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputados (DP1-IF19-2008) se menciona que Olympe de Gouges publicó la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía; en dicho documento, se habla de que la mujer pueda emitir su voto, así como se exigía la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres.

En ese mismo documento, también se dice que debe haber una equiparación de todos los seres humanos ante la ley. Como dato interesante, en 1866, John Stuart Mill, presentó ante el parlamento norteamericano, una petición en la cual se debatiera el tema del voto femenino, mismo que no fue aceptado.
En México, a partir de 1920, se empezó a buscar el reconocimiento de las mujeres por una plena ciudadanía. Ésta se inició en los estados de Guerrero, San Luis Potosí y Yucatán.
Hubo varios estados de la República que le concedieron a la mujer el derecho de
votar y ser votadas antes que el gobierno federal lo hiciera. Entre 1923 y 1925, en Tabasco, Yucatán y Chiapas, les concedieron a las mujeres la igualdad política para votar y que sean votadas en puestos de elección popular. De ahí que Elvia Carrillo Puerto, Fidelia Brindis y Hermila Galindo, hayan sido las primeras diputadas locales en sus respectivas entidades federativas; a través de sus iniciativas presentadas, siempre buscaron que se respetarán los derechos políticos de la mujer.
En el portal del gobierno de la República, se menciona, en su publicación del 3 de julio del 2018, que si bien en 1947, durante el gobierno del presidente Miguel
Alemán Valdés, se permitió votar a las mujeres en procesos municipales, no fue sino hasta el 3 de julio de 1955, que las mujeres emitieron por primera vez el voto en una elección federal: la de diputados de la XLIII legislatura.

banda presidencial

La primer mujer presidente de la República
Uno de los máximos cargos públicos que puede ocupar una persona es el de
presidente de la República y, sin lugar a dudas, es una de las aspiraciones que
cualquier mujer desearía: ser la titular del Ejecutivo Federal.
El pasado 2 de junio, como todos sabemos, se votó para elegir al presidente de la República. De acuerdo a los resultados, la candidata de la coalición Juntos
Haremos Historia, Claudia Sheinbaum, ganó con cerca de 36 millones de votos
(59.75%). El pasado 15 de agosto, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le entregó a Sheinbaum la constancia de mayoría que la acredita como presidente electo. Claudia es la primer mujer en ocupar el máximo cargo público en México.
La presidenta con A
Cuando se habla de género, nos referimos a las características de pensamiento,
comportamiento, actitud e identidad que se les asigna a los hombres y mujeres,
según la sociedad donde vivan. Existe el género masculino y femenino; y ahora se agrega el término de moda: el de no binario, que se refiere a que no se es hombre o mujer.
¿Porqué menciono esto? Se ha usado de manera facciosa y a conveniencia, el
término de igualdad de género por parte de los políticos. En el discurso donde
Sheinbaum recibió la constancia de mayoría de presidente electo, dijo lo siguiente:

¡Las mujeres podemos ser presidentas! Y con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con A; así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera con A porque nos ha enseñado que lo que se nombra, existe, y lo que no se nombra, no existe.

Más que un discurso pro feminista, sólo fue una clara muestra de la
demagogia que existirá en su gobierno, que iniciará el próximo 1 de octubre, y terminará el 30 de septiembre del 2030.

Igualdad de género es, precisamente, que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres a realizar las mismas actividades. Desafortunadamente, en la actualidad, dicho concepto se va más dirigido hacia la cuestión de la sexualidad, más no de la actividad que pueda desempeñar tanto hombres como mujeres.
En mi artículo Claudia Sheinbaum debe quitarse de encima ese lastre de Amlo, si en verdad quiere pasar a la historia como la mejor presidente de México, comenté lo siguiente:

Sin duda, Sheinbaum tiene un reto enorme que cumplir; en primer lugar, deberá demostrar que las mujeres también somos capaces de conducir los destinos del país; en segundo, que aplique sus propias políticas públicas en los diferentes sectores, aunque eso es un sueño guajiro, porque sólo hará una calca del gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador.

Seamos sinceros, el ser hombre o mujer, y que ocuparás un cargo o realizarás una actividad, no es garantía de que puedas desempeñarlo bien o no, eso se ve con el paso del tiempo.
¿Presidenta con “A”?

Quizás haya un sinfín de respuestas positivas o negativas al respecto; debo reconocer algo, es bueno que haya una mujer como presidente de México, aunque haciendo un análisis meticuloso, yo no lo consideraría como un
logro para las mujeres, porque la candidatura de Sheinbaum y su posterior triunfo, fue por dedazo presidencial y no fue por luchar o por competir para aspirar al cargo.
Como bien dice el periodista Ricardo Alemán, al tiempo se verá si Claudia
Sheinbaum será buen gobernante o no. Y eso de que quiere que le digan presidenta con A, simplemente es pura demagogia.

*Egresada de la licenciatura en pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Una de mis pasiones es el periodismo de opinión
Mi Twitter: @iztalccihuatl /Mi blog: La Centinela Política
Comulgo con dos magníficas frases de Gabriel García Márquez: Ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días y La prensa es la artillería de la libertad.
Fotos: X/Archivo

About The Author

Maestra en Periodismo y Comunicación; directora de noticias, editora, jefa de información, articulista, reportera-investigadora, conductora y RP. Copywriter de dos libros sobre situación política, económica y narcotráfico de México; uno más artesanal de Literatura. Diversos reconocimientos, entre ellos la Medalla de plata por 50 Aniversario de Radio UNAM y Premio Nacional de Periodismo, categoría Reportaje.

Related posts