Silvia Palacios* El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, pronunció el pasado 21 de febrero su discurso anual a la nación ante el Parlamento, esperado en todo el mundo por ser el primero al cumplirse un año de la guerra Rusia-Ucrania.
En una recapitulación sobre la profunda crisis espiritual, moral, y cultural que ha desfigurado el mundo occidental, para convertirlo en un mero coadyuvante del poder hegemonista, el mandatario calificó esa crisis de una la catástrofe espiritual conmovedora:
Dios perdónalos que no saben lo que hacen, aseveró.
Desde esta óptica
Putin abordó a partir del programa LGBT+Q, los exabruptos de la ideología de género, del desdén por la familia, del debilitamiento de las iglesias, hasta la falta de confianza en Dios, y expuso cómo ejemplo dramático del deterioro de la fe, la reciente aprobación de la Iglesia Anglicana de Inglaterra que permite bendecir a las parejas homosexuales. Mientras que el “occidente colectivo” euro-atlántico en franco abandono del cristianismo se empeña en cancelar su historia, avergonzándose de las epopeyas civilizatorias que lo originaron, el presidente Putin y un grupo de la elite intelectual que gobierna el país insisten en apelar a la religión, a la historia y a la cultura singular, para hacer valer su presencia en el mundo.
Occidente no ocultan su objetivo: infligir, como dicen, este es un discurso directo, la derrota estratégica de Rusia. ¿Qué significa?, se preguntó.
Y respondió:
Tampoco pueden dejar de ser conscientes de que es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla, por lo que están realizando ataques de información cada vez más agresivos contra nosotros. En primer lugar, por supuesto, se elige como objetivo a los jóvenes, a las generaciones jóvenes. Y aquí nuevamente mienten constantemente, distorsionan los hechos históricos, no dejan de atacar nuestra cultura, a la Iglesia Ortodoxa Rusa y a otras organizaciones religiosas tradicionales de nuestro país.
Mire lo que están haciendo con sus propios pueblos: la destrucción de la familia, la identidad cultural y nacional, la perversión, el abuso de niños, hasta la pedofilia, se declaran la norma, la norma de su vida, y el clero, los sacerdotes son obligados a bendecir a los matrimonios entre personas del mismo sexo. Dios los bendiga, que hagan lo que quieran. ¿Qué quiere decir esto? Los adultos tienen derecho a vivir como quieran, esto lo hemos tratado en Rusia y siempre lo trataremos así: nadie se entromete en la vida privada, y no lo vamos a hacer.
Pero quiero decirles: miren, disculpen, las sagradas escrituras, los libros principales de todas las demás religiones del mundo. Allí se dice de todo, incluso que la familia es la unión de un hombre y una mujer, pero estos textos sagrados ahora están siendo cuestionados. Se ha informado que la Iglesia Anglicana, por ejemplo, está planeando, aunque solo por el momento, explorar la idea de un dios neutral en cuanto al género. ¿Que puedes decir? Que Dios los perdone, no saben lo que hacen”.
Millones de personas en Occidente entienden que están siendo conducidos a una verdadera catástrofe espiritual. Las élites, francamente, se están volviendo locas y parece que no hay cura. Pero estos son sus problemas, como dije, y nosotros estamos obligados a proteger a nuestros hijos, y lo haremos: protegeremos a nuestros hijos de la degradación y la degeneración.
Una pieza que reafirma el hundimiento cultural del orden democrático occidental
Fue que, a pocas semanas del pronunciamiento de Putin, Washington en lugar de dar pasos firmes para propiciar la seguridad mundial se burla del dolor que han traído los conflictos bélicos en el mundo, y así convocó al mismísimo Consejo de Seguridad de Naciones Unidos, a una reunión destinada a normar la incorporación de los derechos de la comunidad LGBTQ para reforzar la seguridad y el mantenimiento de la paz mundial (¡sic!). En una nota divulgada el 17 de marzo, la delegación de EUA en Naciones Unidas indica que además de considerar a las personas LGBT, involucrado directamente en los conflictos bélicos, se espera que la reunión adopte “pasos realmente específicos y requisitos especiales de los refugiados que son transgénero o no conformes con el género y cómo el Consejo debe abordar la rendición de cuentas por los crímenes de guerra contra las personas LGBTQ”.
Vale destacar que en la guerra Ucrania-Rusia el propio mandatario ucraniano, Volodymyr Selensky, se adelantó a la resolución normativa del CS y para mostrar su entrega a los valores europeosy se ufana que en la guerra que se libra contra Rusia, a nombre de occidente, ha tenido especial cuidado en la protección de los soldados pertenecientes a la comunidad LGBTQ.
