Diputados, especialistas y académicos expusieron sus puntos de vista en el Parlamento Abierto para la Reforma Electoral, durante el foro 15 denominado Medios de financiamiento para actividades ordinarias, convocado por la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Juan Ramiro Robledo Ruiz (Morena), dijo que el tema del financiamiento es la parte neurálgica de la propuesta de reforma que provocó esta sana discusión, la cual tiene alrededor una serie de iniciativas legislativas.
Fórmula para asignación de recursos no es la adecuada
En la modalidad Mesa en Comisiones, Ramón Hernández Reyes, director de Capacitación Interna y Carrera Judicial y profesor de la Escuela Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, estimó que la fórmula para la asignación de recursos financieros a los partidos políticos no es adecuada a la realidad económica, política y social, ya que el Padrón Electoral no corresponde a un nivel de participación ciudadana en las elecciones, además de que contiene un mayor incremento anual que el propio listado nominal.
Además, continuó, la Unidad de Medida y Actualización también mantiene un incremento mensual y anual que actualmente es del orden del 10 por ciento, y la inflación en contraparte es del 8.15 por ciento, señaló.
No se ha desterrado la sospecha de la relación entre dinero y política
Rodrigo Morales Manzanares, exconsejero electoral, aseguró que a pesar de la evolución normativa no se ha conseguido desterrar la sospecha de que la relación entre el dinero y la política sigue siendo perniciosa, por lo que se necesita una reforma para quitar la percepción de que el dinero influye de forma indebida en la vida interna de los partidos políticos o en el desarrollo de las contiendas electorales, pero, aclaró, no es un reto sencillo.
Indicó que reducir los montos de financiamiento puede ser un ahorro engañoso que solo dé pie a la simulación; los costos de las campañas no pueden bajarse por decreto.
Nos debemos ocupar en perfeccionar la rendición de cuentas y estar atentos de que la equidad es un concepto cambiante, dinámico y que cada tanto hay que actualizar.
Aumento de financiamiento no es señal de competencia
Engels Agustín Contreras Piña, consultor en materia político electoral, indicó que no hay señal clara de que la competencia entre partidos políticos sea resultado del aumento de su financiamiento público y mucho menos de que esto se traduzca en mayor participación pública.
Resaltó que en 2018 aumentó en casi mil millones de pesos el presupuesto a partido políticos, lo que no se tradujo en el incremento de la calidad de la democracia; se logró solo una participación con 63.4 por ciento, mientras que en 2021, solo de gasto ordinario, volvió a aumentar mil millones de pesos y la participación fue del 52.6 por ciento.
Posibilidad de una vida democrática menos costosa
María Luisa Jiménez Poblano, asesora en materia electoral, financiamiento, gasto y fiscalización, apuntó que la reforma propuesta privilegia la posibilidad de contar con una vida democrática menos costosa, para reorientar el financiamiento público a los partidos políticos a actividades de mayor utilidad y beneficio a la población.
La entrega de esos recursos ha creado dependencia y separatismo de los partidos políticos para buscar fuentes lícitas privadas; no contar con este financiamiento volverá más dinámica y participativa la relación con su militancia y la sociedad, además de que no han logrado infundir confianza en los electores ni mayor participación, precisó.
El financiamiento público no es un gasto frívolo, es una inversión
Víctor Alarcón Olguín, doctor en estudios sociales, con especialidad en Procesos Políticos por la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa sostuvo que el financiamiento público a los partidos políticos “no es un gasto frívolo, sino una inversión y expresión democrática como se pensó en 1977”.
Planteó que se debe inducir adecuadamente a que los partidos aprendan a reorganizar su gasto y definir prioridades que alienten el debate público, para que esas rutas permitan que no pasen de la noche a la mañana a ser botín del crimen organizado.
Debilitar al sistema de partidos de un solo golpe con una reducción a cero del financiamiento público fuera de los procesos electorales -puntualizó-, es entregarlos literalmente al crimen organizado o a cualquier otro tipo de poder fáctico que tenga las condiciones de corromper a la estructura de la clase política, como de por sí, en muchos ámbitos y aspectos, se asume en la noción de desprestigio. El reto: Sí reducir recursos, pero aprender a gastar mejor.