Si bien la nación escandinava ha sido pionera en políticas de apertura social, por no llamar libertinaje, como la enloquecida política de asilo a las derivaciones de la teoría de género, a la ortodoxia climática o a la lucha contra la pandemia, negándose a confinamientos, obligatoriedad de mascarillas o cierres de espacios públicos.
Hoy, sin embargo, parece dar tres pasos atrás y las autoridades sanitarias suecas anuncian que las clínicas de género ya no emprenderán cambios de sexo experimentales en menores de 18 años, sino que ofrecerán apoyo psicológico para ayudar a los jóvenes a vivir con el cuerpo sano con el que nacieron.
Las nuevas guías recomendarán mucha cautela con intervenciones irreversibles en cuerpos sanos, ya que sabemos que algunos se arrepentirán, escribe el pediatra Mats Reimer en la revista médica sueca Läkartidningen.
Atención psiquiátrica
Reimer anuncia que los bloqueadores de la pubertad y la hormonación solo se aplicarán en ensayos clínicos, dada la ausencia de estudios que avalen la seguridad y utilidad de estos procedimientos.
Puntualiza que en la atención médica sueca, la psiquiatría infantil seguirá siendo responsable de tratar a los menores de 18 años que experimenten una incongruencia de género y la padezcan.
La atención ahora consistirá, principalmente, en apoyo psicológico para ayudar a los jóvenes a vivir con el cuerpo sano con el que nacieron, anota el experto.
